martes, 28 de junio de 2011

Filosofías del límite

Tras años de abstinencia, quisiera recuperar, aunque no sea más que como una eventualidad, este espacio, volver a la tarea de construir una stimmung, una disposición afectiva fundamental de espíritu alciónico, es decir, afirmativo, ligero. Frente al falso movimiento de lo abstracto, frente a la separación entre pensamiento y vida, el poder de los conceptos para afectar directamente a la vida, a las formas de vida, a los ritmos, a los gestos, a las visiones que nos configuran.

No existen conceptos simples, sino que unos remiten a otros, se relacionan entre sí y forman sistemas, no necesariamente abstractos, cerrados y muertos, sino también dinámicos, abiertos y creativos. Así, el concepto de límite en Deleuze resuena con otros conceptos, fundamentalmente con el concepto de potencia, de manera que no se tratará ya del límite como lo negativo, del concepto de límite que surge en relación con el concepto de ley o de forma, en las filosofías de la representación, sino, más bien, de un límite dinámico. El concepto de jerarquía, relacionado también con el concepto de potencia, no tendrá nada que ver con la jerarquía entendida como una especie de distribución social vertical injusta. Límite-Potencia-Jerarquía se interrelacionan de modo que

Hay una jerarquía que mide los seres según sus límites y según su grado de proximidad o alejamiento con respecto a un principio. Pero hay también una jerarquía que considera las cosas y los seres desde el punto de vista de la potencia: no se trata de grados de potencia considerados de forma absoluta, sino tan sólo de saber si un ser "salta" eventualmente, es decir, supera sus límites, yendo hasta el fin de lo que puede, cualquiera sea su grado. Se objetará que "hasta el fin" define todavía un límite. Pero el límite ya no designa aquí lo que mantiene la cosa bajo una ley, ni lo que la termina o separa, sino, por el contrario, aquello a partir de lo cual se despliega y despliega toda su potencia.
Gilles Deleuze, Diferencia y Repetición, pág 74.